Colores Cálidos y Fríos... ¿Cuál me conviene para mi hogar?
Llegó el turno de los colores cálidos: rojos, rosas, naranjas, amarillos. Son los colores asociados con el sol y el fuego que logran crear un ambiente súper acogedor. Te aconsejamos elegir esta gama de colores cuando quieras hacer que una habitación grande parezca más pequeña o para alegrar una habitación con poca luz.
Cuando planees una combinación cálida hay que recordar que cuanto más próximo está el color a uno primario cálido, más fuerte es. Puede ser abrumador vivir entre grandes cantidades de esos colores, por lo que es más prudente elegir sus primos más suaves, y reservas los fuertes para toque aislados.
Si hablamos de los cálidos, también debemos hacer referencia a los colores fríos. Son los colores situados en la otra mitad del círculo cromático (la parte de abajo). ¿Sabes cuándo los tenes que usar? Cuando queres que una habitación tenga un ambiente más fresco y tranquilo. Los colores fríos siempre parecen más lejanos que los cálidos. Esa es la razón por la que los colores fríos hacen más espaciosa una habitación pequeña porque “empujan” hacia atrás las paredes. Igual cuidado, si la la habitación no recibe mucha luz natural: los colores fríos podrían parecer inhóspitos. Las habitaciones que disfrutan de mucha luz natural pueden administrar casi cualquier color frio sin crear un ambiente tan lejano.